la silla

para decir, para que digan, para querer, para pedir, para disculpar, para justificar, para soñar...

lunes, 31 de marzo de 2014

El ser pintor...

Un pintor es más que un trazo, un color o una imagen... Es el oficio de Observador crónico, una mirada desde todos los sentidos, donde la reflexión no para, la que puede ser tan introspectiva como activa, nuestro trabajo silencioso está a disposición de la idea, la ejecución y finalmente la obra. Una ilusión, un detalle, una palabra, una imagen, una anécdota, una historia, una conversación, todo, absolutamente todo se hace pensamiento de creación, creación que simplemente puede convertirse en nada, un par de papeles escritos o bocetos inconclusos, un atril vacío y un cuadro sin pintar. Concentración, calma y un par de aflicciones podría ser suficiente para dar el palo al gato... ¿Quién sabe? . Labor sistemática, rigor, hábito, ejercicio, ensayo y error son nuestros día a día. De lo imaginario intangible a la realización concreta. Un cuadro o un proyecto de exposición podría durar años y ¿mientras tanto que?... sumados en el carrusel de los pensamientos, divagando de un lugar a otro para llegar a la claridad, al fundamento. Luego ejecutar, una ejecución permanente, concienzuda y consciente hasta llegar a termino y finalmente... la obra.
Sin embargo, ahora el fin ya no es nuestra obra sino, la exhibición de ella... ¿Que dice?, ¿Para quiénes?, ¿Dónde?.   y la burocracia se hace notar, la competencia y los artistas ávidos de ser escuchados con espacios acotados para satisfacernos. Necesitamos confianza en nuestro producto para quedar en la lista de aceptados, necesitamos ir con las tendencias y planteamientos que reflejan una Sala de artes o un Centro cultural, en el fondo sistematizar nuestras ideas y tranzar la libertad de ellas.